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La Galería Blanca Berlín presenta «Escala» 1 de Isabel Muñoz

Del 8 de septiembre hasta el 26 de noviembre de 2022.

8 de septiembre de 12h a 22h.

© Isabel Muñoz. S/T Serie Los españoles, 2020. Cortesía Galería Blanca Berlín.

"En su nuevo retorno a Blanca Berlín, Isabel Muñoz nos hace partícipes de sus proyectos más recientes, algunos inéditos, como la serie Los españoles que ha inspirado el título de la exposición, en referencia a la armonía que caracteriza a los caballos de pura raza española".

En el marco de Apertura Madrid Gallery Weekend 2022, Blanca Berlín inicia la temporada con la exposición Escala 1, de Isabel Muñoz.

Ya en el primer año de vida de la galería, en 2007, se inauguraba Piedra, la primera de una serie de exposiciones que la galería ha dedicado a una de sus fotógrafas más representativas. Se iniciaba entonces no solo una estrecha relación profesional entre galerista y artista, sino una amistad que ha ido creciendo con el paso del tiempo. Isabel Muñoz no podía faltar en la celebración de los 15 años de la galería, tres lustros después de aquella primera muestra. Ahora, la galería le brinda un homenaje por su cariño y su incondicional apoyo durante tantos años de cercanía.

En su nuevo retorno a Blanca Berlín, Isabel Muñoz nos hace partícipes de sus proyectos más recientes, algunos inéditos, como la serie Los españoles que ha inspirado el título de la exposición, Escala 1, en referencia a la armonía de las proporciones que caracteriza a los caballos de pura raza española. Felipe II dio origen a este linaje con el propósito de representar en el equino las cualidades que, según el monarca, deberían adornar al caballero español. Para Muñoz, este caballo es un animal noble, valiente y que, además, baila, manteniendo esa conexión íntima con su jinete que le ha hecho merecedor del calificativo “sanador”. El empleo del oro de 24 quilates para plasmar su elegancia convierte a estas obras en pequeños tesoros que esconden un vibrante latido espiritual: en muchas religiones, sobre todo hinduistas y budistas, los fieles ofrendan láminas de oro a sus dioses para rogar su clemencia.

La preocupación de Isabel Muñoz por el planeta se hace evidente, una vez más, en el uso que hace de materiales como el coral y el nácar, convertidos con ayuda de Manolo Gordillo y mediante la serigrafía, el grabado y las tintas de pigmentos en unas copias bellísimas. Con este alarde experimental genera una vuelta de tuerca sobre sus anteriores series Agua y Japón y un nuevo mensaje de advertencia en torno al calentamiento global.

La búsqueda de los orígenes del ser humano es otro de los temas recurrentes en su trabajo y en esta muestra lo aborda con las dos imágenes de árboles sagrados que anuncian el camino de sus nuevas investigaciones. En esta serie experimenta con el chine collé, una técnica del siglo XIX que ofrece variaciones cromáticas y texturas de notable belleza.

La exposición recoge, así mismo, varias piezas de videoarte e imágenes de carácter retrospectivo, algunas inéditas, otras especialmente reconocidas, utilizando en muchos casos la platinotipia, una de las expresiones más ilustres del arte fotográfico en la que Isabel Muñoz está considerada como una de las grandes expertas internacionales.

Como broche final de la exposición, incidiendo en el afán experimentador de Muñoz, se expone una colección de joyas basada en fragmentos de sus fotografías, realizadas por la propia artista en colaboración con el taller de orfebrería Malicia. 

ISABEL MUÑOZ

Durante más de cuarenta años, Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) ha recorrido el mundo con su cámara retratando los sentimientos del ser humano en su estado más puro. Desde la dignidad de las tribus primitivas hasta el desconsuelo de las cárceles; desde la sensualidad de la danza hasta la denuncia de la opresión; desde el éxtasis que supera el dolor hasta el tormento que ya no podrá ser superado. La autora catalana ha fotografiado casi todos los sentimientos y emociones que alberga la especie humana, incluso aquellos de nuestros ancestros, los primates, cuyos gestos forman parte de nuestros genes desde hace millones de años.

En 2016 fue reconocida con el Premio Nacional de Fotografía, habiendo obtenido anteriormente premios tan prestigiosos como el World Press Photo 1999 y 2004, el Bartolomé Ross, el Unicef España, la Medalla de oro al mérito de las Bellas Artes en 2009, el Premio de la Comunidad de Madrid, etc. En 2018 fue una de las invitadas por la Fundación Amigos del Museo del Prado a reflexionar sobre la riqueza artística e histórica del museo, creando dos piezas exclusivas para su colección. Recientemente, ha sido elegida miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en la sección de Nuevas Artes de la Imagen.

Sus imágenes forman parte de las más importantes colecciones públicas y privadas de todo el mundo, entre las cuales cabría señalar el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Foto Colectania de Barcelona, Maison Européenne de la Photographie de París o New Museum of Contemporary Art de Nueva York.